¿En qué momento se encuentra el mercado?

¿En qué momento se encuentra el mercado?

Hernán Cortés

29 de abril de 2024

3 min de lectura

¿En qué momento se encuentra el mercado? ¿Cuál es la fotografía de cara al discurso de Powell? Divergencia BCE-FED: ¿qué se espera de los bancos centrales? ¿Qué sectores tienen que estar en la cartera? ¿Qué posición toma la tecnología y la IA? ¿Dónde están los principales desafíos? Estos son los análisis que nos han dejado Martina Álvarez, responsable de Iberia de JHI Advisors,  y Hernán Cortés Lobato, fundador y gestor en Olea Gestión, en la tertulia de nuestro programa Ponte en Acción.

Escucha la intervención:

Resumen de la intervención de Hernán Cortés:

Para entrar en materia os voy a pedir una fotografía del momentum del mercado.

Ha habido un cambio importante en las expectativas de bajadas de tipos. Hemos empezado el año con previsión de seis bajadas en EE.UU. y estamos en una y media y casi tres en Europa. Eso ha cambiado la perspectiva, unido a unas cifras de crecimiento americano que van camino del 2,5% otra vez. Ese cambio de expectativa de recorte de tipos de interés se ha notado mucho en la rentabilidad de los bonos a largo plazo que han subido 60-65 puntos básicos desde primeros de año con lo que el mercado está un poco tocado, los índices de renta fija en bonos de gobierno y corporativos están en negativo. Y ahora queda ver qué pasa con las bolsas. De momento muy bien, han tenido una corrección pequeña pero el mercado está valorando de forma positiva las cifras de crecimiento. Los tipos no bajan pero el crecimiento sube, en esencia eso va a ser más crecimiento de beneficios y eso es bueno para las bolsas.

Estamos en cuenta atrás para Powell. La inflación se está resistiendo y el crecimiento será mayor de lo esperado, ¿qué esperáis de la reunión de la Fed?

Analizando las cosas de cara a final de año, como el crecimiento siga por encima del 2% y la inflación todavía quede lejos del objetivo del 2%, ¿para qué van a bajar los tipos de interés? No tiene sentido bajar los tipos con estos datos. El riesgo de que la Fed no baje tipos en todo el año existe, sin ninguna duda.

En el BCE se prevé un recorte para junio. ¿Es previsible que se repita esa divergencia? ¿Hasta cuándo?

El caso del BCE es el contrario al de la Fed. La inflación está muy cerca del objetivo, al 2,4%, y el crecimiento a ritmo de 0,5%-0,8%. Con un crecimiento tan modesto las presiones inflacionistas por el lado del crecimiento van a ser muy pequeñas y encima la inflación está ya muy cerca del objetivo. En el caso del BCE el riesgo es que en lugar de 3 bajadas pueda haber 4.

Las empresas también están cobrando protagonismo. En las últimas semanas hemos visto a algunos de esos gigantes tecnológicos estadounidenses presentar sus cuentas con la atención en lo que va a ser el gasto en inteligencia artificial que sigue pareciendo uno de los grandes motores. ¿Cómo recogéis en la estrategia el abanico de IA?

Analizando el crecimiento de beneficios del NASDAQ de los últimos 15 años, el beneficio ha crecido alrededor del 15%. Si encima ahora viene una nueva fuente de crecimiento de beneficios no esperada entonces cabe pensar que ese ritmo de crecimiento de beneficios se va a mantener en los próximos 5-10 años. Al final, todas las compañías tecnológicas están beneficiándose de una forma o de otra de este proceso, aparte de otros sectores que se verán beneficiados o perjudicados. Pero en principio será una ola que va a afectar a todo el sector tecnológico y otros sectores y que nos lleva a pensar que los crecimientos de beneficios de la tecnología van a continuar con lo que hay seguir teniendo peso en ese sector. En estos 15 años el beneficio del Standard & Poor’s y del Stoxx 600 han crecido un 9% y un 6% respectivamente frente al 15% del NASDAQ, el índice más tecnológico que tenemos. Esto explica por qué unos mercados cotizan a un PER y otros a otro.

Hablando de estrategia, renta fija y renta variable. ¿Cómo lo véis?

Vemos con cierto optimismo la renta variable, especialmente la americana donde se esperan crecimientos de velocidad de crucero, entre el 8% y el 10%, que ya nos parecen niveles muy sanos. Eso nos anima a pensar que la bolsa americana, que no está barata, no está en burbuja. Hay un crecimiento de beneficios que respalda el crecimiento de los precios. En Europa está a múltiplos más bajos pero también a crecimiento de beneficios esperados más bajos, del orden del 3%-5%. Todo parece coherente y que se está viviendo un proceso muy racional de formación de precios. En el caso de la renta fija, estamos más positivos con la renta fija americana. El bono americano a medio-largo plazo podría estar en un 3,5% y un 4% y ahora está en el 4,6%. Hay cierto recorrido. En cambio, a la renta fija europea en el largo plazo le vemos poco valor. El 2,5% del bono alemán nos parece su fair value. En un momento en el cual los tipos bajen y se normalicen en niveles del 1,5% y con 100 puntos de pendientes entre el tipo de intervención y el tipo a 10 años, no le vemos recorrido al bono alemán.

Finanzas para inexpertos

¿Por qué no tiene sentido que la Fed baje los tipos por ahora?

Los tipos de intervención son una herramienta que utilizan los bancos centrales para proteger la economía de una inflación excesiva. Se suben los tipos de interés para encarecer la financiación y calmar la actividad económica para rebajar la presión sobre los precios. En Europa, que la inflación ya está muy cerca del objetivo del 2% se prevé que se empiece ya a bajar los tipos para reactivar la economía que tiene unos niveles de crecimiento bajos, aunque positivos. Pero en Estados Unidos la inflación sigue demasiado elevada y parece que los tipos altos no han conseguido frenar el crecimiento que se mantiene en niveles del 2,5%. Hasta que la inflación americana no se acerque al 2%, si la Fed baja los tipos lo único que conseguirá es que el crecimiento económico empuje más a la inflación y suba en lugar de bajar.

 

 

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¿Qué se espera de Powell? ¿Qué estrategias deberíamos seguir?

¿Qué se espera de Powell? ¿Qué estrategias deberíamos seguir?

Hernán Cortés

15 de marzo de 2024

2 min de lectura

¿Qué se espera de Powell? ¿Qué pasará en la reunión de la semana que viene? ¿Actuarán dependiendo de los datos?

El petróleo vuelve a máximos. ¿Cómo se mide ese comportamiento de estas materias primas? ¿Cuáles son las previsiones sobre este mercado?

¿Qué estrategias deberíamos seguir tanto en renta fija como renta variable?

Estos son los análisis que nos han dejado Hernán Cortés, fundador y gestor en Olea Gestión, y Javier Domínguez, gestor de cartera de Auriga Bonos.

Escucha la intervención:

Resumen de la intervención de Hernán Cortés:

La semana que viene llega Powell. ¿Qué esperas?

Como los bancos centrales hablan tantas veces (ante el senado, ante el congreso…) llegan sin prácticamente nada que contar. Más aún no estando en el calendario de nadie una posible bajada. Yo creo que comentará el último dato de inflación, que no ha sido muy bueno y tampoco muy malo, y que siguen siendo, como ellos dicen, data dependent, es decir, que irán actuando en función de los datos. La Reserva Federal en principio ha previsto los 75 puntos básicos de bajada y cuando dice algo con tanta repercusión es porque se lo ha pensado mucho, no se les ha ocurrido en ese momento. Yo creo que tienen estudiados la cuantía y el momento en que, en principio, lo van a hacer. Para ellos el momento de las bajadas va a ser muy importante porque, al ser un año electoral, no pueden hacer las bajadas justo antes de las elecciones. En julio podría haber una, aunque sea simbólica, y en septiembre deberían hacer la siguiente para no hacer nada cerca de las elecciones de noviembre. La última podría ser en diciembre, pasadas las elecciones. Es factible que este calendario se cumpla pero, como siempre, dependeremos de los datos. Repito el mantra de siempre: los bancos centrales se retrasaron en las subidas y no quieren precipitarse con las bajadas y volverse a equivocar.

El petróleo vuelve a máximos, hay expectativas de que habrá más consumo y eso quiere decir más gasto. Hemos visto la inflación disparada en Francia a causa de la energía. ¿Cómo medís el comportamiento de ese “oro negro” de cara a ese componente inflacionario? Sobre todo los riesgos, Europa tiene ese riesgo de la dependencia energética.

Lo de la energía lo miro con mucha frecuencia. Está evolucionando muy bien. El petróleo estaba subiendo un poco en el año pero interanualmente estaba más o menos igual. Pero estos días, entre que el año pasado debió bajar algo y ahora está subiendo, la interanual ya está en el 12%-15% en Europa y un 17% en Estados Unidos. No son buenas noticias para la inflación. Donde sí hay buenas noticias es en el precio del gas, está cayendo en términos interanuales en Europa un 40% y en Estados Unidos un 30%. El precio del gas es, recuerdo, el que marca o marginaliza el precio de la electricidad. Si baja el gas, va a bajar la electricidad. Nos encontramos una de cal y una de arena, por el lado del petróleo subirá la inflación pero por el lado del gas y la electricidad continuaremos con datos a la baja. Lo que pasa con los precios del gas y electricidad es que, como los gobiernos de todos los países europeos han ido haciendo manejos con subvenciones, bajadas de IVA y demás, eso se tiene que ir normalizando. En España por ejemplo ha ocurrido este mes, con lo que en marzo habrá algo de impacto. Iremos regularizando. La energía es un foco importante para el cumplimento del objetivo de inflación y el petróleo no está ayudando, el gas sí.

Estábamos hablando del horizonte de los tipos. ¿Cómo véis la renta fija en este horizonte? ¿Y la renta variable?

En la parte de renta fija, a nosotros los niveles del bono alemán al 2,5% nos parecen estables a medio/largo plazo. No vemos que el bono alemán pueda estar mucho más bajo, a menos que hablemos de recesión. Nuestros números son que en un entorno de neutralidad de tipos, sin política monetaria ni expansiva ni contractiva, el tipo de intervención del BCE puede estar al 1,5% y que la pendiente que ha de pagar el bono alemán a 10 años ha de ser de por lo menos 100 puntos básicos, primero porque históricamente ha sido así y segundo porque pensábamos que la inflación nunca volvería y ha vuelto, el bono a largo plazo tiene que pagar una prima de riesgo frente a los bonos cortos. En definitiva el bono alemán a largo plazo lo vemos al 2,5% como un nivel razonable para 2025, cuando la guerra contra la inflación esté ganada. Le vemos recorrido a la baja en plazos más cortos, pero no en el 10 años. Vemos que tiene más sentido actuar en la parte corta de la curva, entre 1 año y 3 años. En Estados Unidos estamos un poco más positivos pero la situación es más o menos la misma. En cambio las bolsas, en un entorno de economía recuperándose, más lentamente en Europa que en Estados Unidos, y unos tipos de interés bajando, en principio el entorno es positivo. Gran parte de las bajadas de tipos ya las han materializado durante el último trimestre del año pasado pero cuando ocurran las bajadas seguro que veremos más subidas. La bolsa europea está a múltiplos más accesibles que la bolsa americana que, quitando la tecnología, está a PER 15-16 y Europa a PER 13. Esto mirando el S&P Equal Weight, si miramos el normal nos encontramos que la bolsa americana tiene un PER mucho más elevado por el gran peso de las tecnológicas. Las bolsas después de un 2021 y un 2022 de muy fuertes subidas de beneficios, han tenido un 2023 bastante plano y los múltiplos de PER son razonables.

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La importancia de la energía en la evolución de la inflación.

Hasta finales de 2020 vivimos muchos años de inflación a niveles muy bajos. Sin embargo, con la pandemia de Covid-19 en 2020 y con la invasión ucraniana por parte de Putin en 2022, los índices de inflación se dispararon. La pandemia dificultó la logística de la producción y desató una demanda demasiado elevada en cuanto se levantaron las restricciones. La guerra de Ucrania elevó los precios de la energía y también de los alimentos, pues los países implicados son proveedores de estos bienes.

Es especialmente importante el encarecimiento de la energía, pues la industria la utiliza para producir el resto de bienes, encareciendo su coste y por lo tanto su precio de venta, y las familias la utilizan para su día a día, por ejemplo para el transporte o la calefacción. Entonces, cuando los precios de la energía suben, las familias pierden poder adquisitivo y se encarece el consumo en general. Por este efecto, se calculan dos tasas de inflación distintas: la general y la subyacente. La primera mide la evolución de todos los precios de la economía mientras que la subyacente ignora los precios energéticos y los de los alimentos no elaborados. Esta última suele moverse de manera similar a la general pero con cierto retraso, por el tiempo que tardan el resto de sectores en adaptarse a los cambios en los precios de la energía y los alimentos no elaborados.

 

 

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Europa cambia de discurso y apuesta por la defensa

Europa cambia de discurso y apuesta por la defensa

Hernán Cortés

1 de marzo de 2024

2 min de lectura

Europa cambia de discurso y apuesta por la defensa Con Javier Dominguez Navarro, gestor de arteras de Aurigabonos y Hernán Cortés Lobato, director de inversiones en Olea Gestión.

Escucha la intervención:

Resumen de la intervención:

¿Cómo veis el momentum del mercado ahora que hemos entrado en el tercer mes del año?

Vemos casi todo razonablemente bien. La inflación evoluciona favorablemente, el dato de Europa publicado hoy refleja un 2,6%. Estamos todavía en febrero y el objetivo era que ese dato se acercara al 2% a final de año, con lo que parece más que alcanzable. Estados Unidos está en el 3,1% en la general y 3,9% en la subyacente. Por el frente de la inflación, que ha sido el más problemático en los últimos dos años, vamos bien. En la medida que ese frente evoluciona correctamente, las expectativas de recorte de tipos de interés por parte de los bancos centrales continúan bien. Es verdad que en enero se esperaban 150 puntos básicos de bajada y que ahora solo se esperan 75 pbs. Pero me parece mucho más razonable esperar que bajen 75 pbs que no 150 pbs. Las curvas deben descontar los escenarios centrales, no los óptimos. Es mucho más racional esperar que se cumplan esos 75 pbs. Las bolsas lo están haciendo bien también. Gran parte de las expectativas de bajadas de tipos ya se han capitalizado en los últimos meses del año pasado, pero este año las expectativas de crecimiento de beneficios son razonables y en línea con la velocidad de crucero (cercanas al 10% en EE.UU. y al 6% en Europa). En la medida que los costes energéticos vayan bajando, los tipos de interés vayan bajando y las economías evolucionen como está esperado, es cierto que en Europa son bajas (0,7%-0,8%) pero en EE.UU. se espera un 1,7% (el nivel de crecimiento potencial). El escenario es bastante tranquilo, bastante favorable. No va a haber grandes alegrías como pudo haber en determinados momentos del año pasado, ha habido algún sustillo porque las rentabilidades de los bonos a largo plazo han repuntado 40 puntos básicos en lo que va de año (los índices de renta fija están en negativo casi un 2%) pero se recuperará. El momentum es bueno, ahora falta que aparezca el cisne negro que alguno aparecerá.

¿Quiénes pueden jugar la próxima partida? Venimos del frenesí por la inteligencia artificial al mismo tiempo que se ponía sobre la mesa la apuesta de Europa por la defensa y de enviar mensajes claros a la industria para apostar por un cambio de ciclo. ¿Cuáles van a ser los movimientos que se trasladen al mercado?

Europa no deja de sorprenderme. Hemos pasado de antibelicistas a belicistas, de odiar la energía nuclear a amarla. A Europa la veo con poco criterio y poco rumbo. Pero por ahora parece que es buen momento para la industria de armamento. Aunque la mayor parte del armamento que compren los europeos vendrá de EE.UU. porque en Europa hay muy poca industria armamentística. En cualquier caso, yo creo que todo el tomate en este momento está en la tecnología que es lo único que sube, generalizando. La tecnología está distribuida en muchos países, por ejemplo, en el tema de la inteligencia artificial: los chips se diseñan en Estados Unidos mayoritariamente, gran parte por Nvidia; se fabrican en Taiwán, por TSMC; y la que proveen las máquinas a Taiwán es una empresa holandesa, ASML. Está muy globalizado el sector tecnológico, pero es el único que está creciendo. El S&P ya no nos sirve para hacer comparaciones con el Stoxx 600, la tecnología ya pesa un 30% en el S&P mientras que en Europa debe estar al 7%-8%. Todas las comparaciones de PER, prima de riesgo y demás ya no valen. Ahora hago los números con el S&P Equal Weight, que viene a ser el S&P sin tecnología, y ese sí compara bien con el Stoxx 600. Tanto el año pasado como este año, todo lo que suene a tecnología va ir bastante bien aunque, ojo, las dispersiones son bestiales, hay compañías que no crecen y otras que suben un 40%.

La semana que viene China toma el altavoz. Va a lanzar previsiones de crecimiento, estímulo y gasto militar, después de haber conocido cinco meses de contracción en manufactura. Al mismo tiempo, India, el FMI ha dicho que será la que más crezca, un 8%. ¿Cómo miráis a esos dos gigantes con ese sorpasso que se está produciendo?

El sorpasso es relativo, India lleva 10 años creciendo al 6%-8%. Hubo unos años en los que China igualaba ese crecimiento, pero los últimos tres años no sé ni de dónde saca el crecimiento del 3% que publica. En China no se puede olvidar que en septiembre del 2021 se anunció la crisis de Evergrande, el mayor promotor inmobiliario. A raíz de eso, investigué cómo estaba el sector inmobiliario chino. Hay una burbuja pendiente de purgarse desde 2021. En España sabemos bastante de crisis inmobiliarias, ya tenemos un máster, pero China es un caso separado del español o el estadounidense porque se lo cocinan todo ellos: los compradores de los inmuebles son chinos y los prestamistas para la compra de esos inmuebles son bancos chinos. Tienen encapsulado el problema, mientras que en EE.UU. o en España los compradores sí eran de cada país pero los prestamistas eran globales y la crisis se convirtió en una crisis financiera global. Las burbujas inmobiliarias generan crecimiento económico porque generan ilusión de riqueza. Con esa riqueza las familias consumen más y con más consumo más crecimiento. Además se genera inversión porque para construir casas hay que invertir. Se entra en un círculo virtuoso. Pero ahora, en China estamos al revés. La población china se ha dado cuenta de que sus inmuebles valen menos y han contraído el consumo, han pasado de la ilusión de riqueza al realismo de pobreza. Y para muestra un botón, mientras en el resto del mundo estamos en inflaciones del 3%, y hemos estado en 4% y 5%, y China con inflaciones del 0,5% o incluso negativas. El problema inmobiliario chino es que mientras no bajen los precios, el gobierno no quiere dejar que bajen, el sistema va a estar colapsado. Hay mucha gente queriendo vender y nadie quiere comprar. Han optado por tirar hacia delante y esperar que pasen diez años y suba la inflación y con eso conseguir que esos precios, que ahora no son atractivos, pasen a serlo. Pero, desde luego, mientras no resuelvan este tema tienen un gran problema. China es el tercer país del mundo con más propietarios, el 90% de la población es propietaria, y nada de esto ocurre en India. Estamos mucho más positivos con la India.

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¿Cómo funciona una burbuja inmobiliaria?

Las burbujas inmobiliarias, como las de las economías occidentales de principios de los años 2000 o la actual de China, se generan cuando los precios de los inmuebles crecen de forma descontrolada y sin motivo aparente. Cuando empiezan esas subidas de precios se genera una ilusión al alza entre los inversores inmobiliarios que tarde o temprano termina por explotar. Cuando esto sucede se derrumban los precios, perdiendo gran parte del dinero invertido.

¿Cuáles suelen ser las causas de estas burbujas? Principalmente dos: los créditos hipotecarios y la especulación.

Créditos hipotecarios

Los bancos ofrecen créditos hipotecarios sin tener en cuenta cuánto puede durar el ciclo al alza y a personas sin la solvencia suficiente para hacerles frente.

Especulación

Las personas o entidades inversoras del mercado inmobiliario adquieren viviendas para después poder venderlas a un precio superior y así sumarse al ciclo virtuoso del sector. El crecimiento de la demanda de viviendas genera un crecimiento de la demanda de crédito que, ofrecido con las condiciones mencionadas, termina provocando una crisis financiera en cuanto explota la burbuja.

 

 

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Los índices de renta fija están en negativo, pero es sano

Los índices de renta fija están en negativo, pero es sano

Hernán Cortés

16 de febrero de 2024

2 min de lectura

Los índices de RF están en negativo, pero es sano: el mercado necesita esperar a que bancos centrales muevan ficha Con Álvaro Sanmartín Antelo, economista jefe de Amchor Investment Strategies y Hernán Cortés Lobato, director de inversiones de Olea Gestión.

Mira la intervención:

Resumen de la intervención:

¿Cómo veis este momentum del mercado?

Por lo que respecta al inicio del año, está siendo muy favorable para las bolsas aunque se pueden hacer muchos matices. Seguimos viendo un proceso muy similar al del año pasado, con una dispersión muy grande entre compañías y entre sectores. La tecnología sigue dominando, pero incluso dentro de ese sector hay dispersión. El peso de las siete grandes compañías tecnológicas americanas alcanza ya un 26% del valor de Standard & Poor ‘s. Estamos en un proceso en el cual, o estás metido en ese tipo de compañías o estás fuera, el mercado fuera de esas compañías ha crecido menos de la mitad. 

En cuanto a los bonos, el inicio de año ha sido bastante flojo aunque también es cierto que el final de año fue excepcional. Con un tipo de interés en el bono alemán a largo plazo por debajo del 3% y en Estados Unidos al 3,9% al inicio del año es normal que haya habido una corrección. De momento los índices de renta fija están en negativos, yo creo que es sano porque la corrección a la baja en rentabilidades había sido exagerada y el mercado necesita esperar a que los bancos centrales muevan ficha para que las bajas rentabilidades se consoliden. El momentum de bonos no es muy bueno pero no será malo durante el año.

La inflación en EE.UU. no bajó del 3% y Powell enfría las expectativas de recortes. ¿Ahora mismo cuál es la lectura de la economía americana a la espera de los datos del PIB?

La inflación es un camino que no está exento de obstáculos. Esto ha sido un alto en el camino, aunque es verdad que la verticalidad de la subida fue enorme y no necesariamente la verticalidad de la bajada tiene que ser simétrica. En principio los precios industriales no deberían dar una sorpresa muy importante, están muy ligados al precio de la energía que sigue cayendo. El precio del gas está por los suelos en Estados Unidos; bastante por debajo de los niveles de 2019, antes de que empezaran las subidas. La dirección es la correcta. Otra cosa es que el mercado, antes del dato de inflación, estaba descontando seis bajadas de tipos de interés. Y las curvas se supone que descuentan los escenarios centrales, no los mejores. Pero en esta ocasión la curva estaba descontando con mucho sesgo optimista. Ahora descuenta cuatro bajadas que sí es más factible que ocurra, a no ser que nos encontremos un gran obstáculo inesperado en el camino. La FED, que es prudente en sus declaraciones, ha hablado de tres bajas. Pues ahí estará, entre tres y cuatro bajadas. Este es el escenario que tendría que haber descontado la curva desde el principio. El camino va bien, nosotros estamos positivos pero hasta cierto punto. En los bonos a largo plazo en Estados Unidos estamos más positivos, el 4,3% que cotizan en el mercado tiene recorrido hasta el 3,5%; sin embargo con un bono alemán al 2,3% vemos poco recorrido.

Centrándonos en la estrategia: renta fija, renta variable, ¿cuál es vuestra posición?

En renta fija, vemos más valor en la curva del dólar. Las rentabilidades de 4,3% en el 10 años tienen atractivo y un potencial de apreciación hasta el 3,5% que es fácil que ocurra en la medida que la FED siga bajando los tipos de interés. Estamos bastante bullish en esa curva. En la curva europea vemos buen valor en los cortos plazos, también en la medida que se den bajadas del BCE, pero no vemos demasiado valor en el largo plazo.

En la parte de renta variable, la europea está muy razonablemente valorada (PER 13%-13,5%) y en Estados Unidos hay que hacer matices con la subida de las grandes tecnológicas. Una cosa es el S&P Equal Weight, sin tener en cuenta los pesos de la tecnología, donde vemos PER 15 y otra es el S&P capitalizado donde el PER 20 se explica por el PER 30 de las tecnológicas. El mercado americano fuera de las tecnológicas está a precios bastante razonables, si vas sector por sector no hay muchas diferencias entre EE.UU. y Europa. Sin embargo, el PER 30 de la tecnología es el doble del resto de sectores. Si las compañías tecnológicas continúan creciendo sus beneficios a razón del 12% anual como vienen haciendo los últimos 15 años están en un PER razonable, pero si ese crecimiento no es sostenible entonces obviamente están muy caras. Aunque salvando algún caso concreto no hay una burbuja generalizada en el sector.

¿Qué es el PER de las bolsas?

El ratio PER o Price Earning Ratio (Ratio de Subidas de Precios en español) es un indicador fundamental en el análisis de una empresa. Esta ratio se define como la relación entre la capitalización bursátil de una empresa y su beneficio neto, proporciona información sobre la valoración de una acción en el mercado.

Calcular el PER es muy sencillo, basta con dividir el precio de la acción entre el beneficio neto por acción de la empresa. Así se sabe que si, por ejemplo el PER es 5, se está pagando 5 veces el beneficio anual obtenido con la acción.

Pero también aporta información extra. El PER nos indica el sentimiento del mercado, aporta información sobre el futuro de la compañía y ofrece una visión rápida del valor aproximado de la empresa.

Ahora bien, como cualquier ratio, tiene sus limitaciones. No se puede aplicar en compañías con pérdidas y para aplicarlo bien en nuestra decisión de inversión hay que ponerlo en relación con los tipos de interés.

 

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Trump, Taiwán y Lagarde: los tres grandes retos del mercado

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Hernán Cortés

25 de enero de 2024

2 min de lectura

Trump, Taiwán y Lagarde: los tres grandes retos del mercado. Con Pilar Bravo (Financcess Value), Hernán Cortés Lobato (Olea Gestión) y Enrique Bailly-Baillière (Altex AM)

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Resumen de la intervención:

¿Cual es el momento del mercado? ¿Crees que en momentos de crisis hay que mirar al pasado para vaticinar lo que podría suceder ahora?

Cada año es distinto, por mucho que se parezcan siempre hay cosas que lo diferencian. Asumir posiciones en base a lo que ha pasado en otros momentos puede traer grandes disgustos. Hay que analizar cada año de forma separada. Este año ha empezado eufórico después de unos meses con un rally en los bonos de 100 puntos básicos, cayeron tanto rentabilidades de largo como de medio plazo, lo que nos llevó a una revalorización muy importante en todas las bolsas. Así como el año pasado lo empezamos con unas expectativas de crecimiento nefastas, este año lo hacemos con unas bastante elevadas. No creemos que el crecimiento vaya a ser tan alto como se espera, habrá sorpresas a la baja. La inflación ha evolucionado muy favorablemente pero probablemente la caída que queda del 3,5% al 2% lleve más tiempo del esperado, la curva descuenta bajadas más rápidas e intensas de lo que seguramente se vaya a producir. Los tipos de interés a medio-largo plazo podrían repuntar. Si el crecimiento del PIB no es fuerte, los beneficios de las empresas tampoco crecerán; y si además los bonos suben de rentabilidad no se crea el entorno ideal para las bolsas. Seguramente este año sea peor de lo esperado, el primer semestre será más duro tanto en renta fija como variable y quizás en el segundo su comportamiento sea mejor. Esperamos un año de menos a más.

Nos centramos ahora en el BCE. ¿A partir de cuándo los salarios van a estabilizarse con su consecuente estabilización del consumo?

Las reivindicaciones salariales es difícil que bajen porque en este momento la fuerza está más en los sindicatos que en las empresas. En una situación como la actual de mínimos históricos en el desempleo la fuerza en la negociación la tienen los empleados, cuando crezca el paro volverá a las empresas. De momento veremos reivindicaciones salariales bastante elevadas que junto con la fuerza del empleo serán, igual que han sido en 2023, el gran soporte del crecimiento económico. En este momento, para seguir los mercados y la evolución económica, una de las cosas que hay que vigilar más de cerca es el empleo, si continúa manteniendo esa fortaleza que ha demostrado durante el año pasado a pesar de las subidas de tipos.

Resumen de 2023 y expectativas de 2024

2023

El pasado año se ha caracterizado por la política monetaria contractiva de los bancos centrales y por la fuerza del empleo. Estos elementos tienen efectos opuestos sobre el crecimiento económico.

La guerra de Ucrania elevó considerablemente los precios de la energía, especialmente del gas y como consecuencia de la electricidad. Esta subida de precios se traslada a todos los sectores de la economía, sobre todo a aquellos con un intenso consumo energético. La guerra ucraniana desencadenó un proceso inflacionista generalizado. Así el 2023 arrancó con una inflación en la Eurozona superior al 8,5% y cercana al 6,5% en EE.UU.;  y una subyacente al 5,6% en ambos lados del Atlántico. La reacción de los bancos centrales, tanto de la Reserva Federal (FED) como del Banco Central Europeo (BCE) ante la situación macroeconómica ha sido la subida de tipos de interés. ¿Por qué? Esta política monetaria contractiva encarece la financiación, desincentivando la inversión y consiguiendo calmar la actividad económica. Eliminando el frenesí a la actividad se consigue una relajación de precios. Las subidas de 2022 dejaron un tipo de interés en la Unión Europea del 2,5%, las subidas continuaron hasta alcanzar el máximo de 4,5% en septiembre. En EE.UU. el tipo de interés de la FED arrancó al 4,25% y siguió subiendo hasta el 5,25% de julio. La política ha surtido efecto y la inflación se ha rebajado hasta el 2,9% en Europa y hasta el 3,4% en EE.UU. La subyacente se resiste más pero es lo normal.

Pero hay que tener cuidado con esta política monetaria. Si se reduce demasiado la actividad económica se podría entrar en recesión, que es lo que vaticinaban muchos analistas que ocurriría. En Olea, nuestros gestores siempre resaltaron la fortaleza que estaba teniendo el empleo y que podría servir como freno a esa recesión. Tanto en Europa como en Estados Unidos, el paro se ha situado en mínimos históricos durante 2023. Un empleo tan fuerte implica un mayor poder adquisitivo general de la población, incentivando el consumo y este la producción, es decir, incentivando la actividad económica. Gracias a esto, tanto en Europa como en EE.UU., se ha logrado un crecimiento positivo, aunque debilitado por la elevada inflación y las subidas de tipos de interés. Se prevé un 0,5% en la Eurozona y un 2,5% en EE.UU.

2024

Conociendo ya lo que ha ocurrido en 2023, ¿qué se puede esperar de la economía para 2024?

Los tipos de interés de los bancos centrales ya han alcanzado sus máximos. Se mantendrán a los niveles actuales por lo menos hasta mediados de año, cuando podrían empezar las bajadas a ritmo de 25 puntos básicos. También se espera una mejora de la inflación, que podría acercarse al objetivo de 2%. Esta es la previsión del mercado, pero en Olea creemos que este sería el mejor de los escenarios y que sería más acertado descontar el escenario central. Creemos que 2024 puede ser peor de lo que se espera y que para ver las últimas bajadas de tipos y la inflación al 2% habrá que esperar al 2025. Los efectos contractivos de la política monetaria están tardando en llegar, en 2023 no se han notado demasiado pero es posible que en 2024 las decisiones de consumo e inversión a largo plazo se pospongan a la espera de ver unos tipos más interesantes. Esto implicaría que la actividad económica de este año sea más baja, pero también que tendremos sorpresas positivas el año que viene.

 

 

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Las curvas de tipos deben descontar el escenario central, no el mejor

Las curvas de tipos deben descontar el escenario central, no el mejor

Hernán Cortés

11 de enero de 2024

2 min de lectura

Las curvas de tipos deben descontar el escenario central, no el mejor escenario. Con David Ardura, director de inversiones de Finaccess Value y Hernán Cortes, director de inversiones de Olea Gestión.

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Resumen de la intervención:

¿Cómo veis el momentum de la economía con la perspectiva del nuevo ejercicio?

En noviembre-diciembre, con los nuevos datos de inflación, los bancos centrales se atrevieron a comunicar que los máximos de los tipos ya los habíamos visto y que lo más seguro es que empezáramos a ver bajadas. Ahora bien, la curva descuenta una caída de un 1,5% durante 2024, es decir, seis bajadas de 25 puntos básicos. Nosotros creemos que el mercado está descontando el mejor de los escenarios cuando lo lógico sería que descontase el escenario central para evitar sustos. Hay bastante riesgo de que no se cumplan las expectativas lo que llevaría a una corrección en los precios de los bonos y, por ende, una pequeña corrección en los índices de las bolsas. Pero con todo esto, vemos las bolsas con valoraciones razonables, exceptuando algún sector sobrevalorado. Hay mucho optimismo descontado que probablemente no se cumpla pero no será un drama. No creo que vayan a subir demasiado las rentabilidades de los bonos. Podrán subir algo desde los niveles actuales porque se han comprado mucho. Un bono alemán al 2% carece de recorrido a la baja y se puede ir al 2,5%; y en Estados Unidos se puede ir al 4%-4,5%. Pero sin fuertes caídas en el precio de los bonos ni en las bolsas. Hay que seguir de cerca el crecimiento económico, si las caídas de tipos vienen acompañadas de un cierto crecimiento económico será un refuerzo importante para las bolsas. El empleo sigue dando datos muy buenos por lo que sería raro que el crecimiento decepcionase.

Hoy conoceremos el dato de inflación. En EE.UU. se espera que el IPC haya subido una décima, hasta el 3,2%, y una relajación de la subyacente hasta el 3,8%. ¿Cómo puede afectar esto al mercado y a la ruta de la FED?

El IPC general está acercándose al objetivo con algún pequeño susto por el efecto calendario, en la zona Euro el último dato subió del 2,4% al 2,9%. Pero el efecto calendario tanto de la energía como de la alimentación está siendo bueno, no darán demasiados problemas. Lo que es más preocupante es la subyacente, se está resistiendo. En Europa está al 3,4%, bajó dos décimas con la última actualización y en EE.UU. se espera lo mismo, del 4% al 3,8%. Este es el gran reto, llevarse la subyacente al 2%. Seguramente no se consiga en 2024 pero mientras se continúe en la buena dirección el mercado lo descontará positivamente.

Hemos visto una resiliencia de la economía americana frente a una debilidad europea en la lucha contra la inflación. De Guindos apuntaba que se confirmará recesión en el segundo semestre de 2023 con debilidad en el corto plazo. ¿Qué expectativa tenéis para la Eurozona?

Gran parte de la diferencia de crecimiento entre Europa y EE.UU. ha venido por el coste de la energía que ha subido mucho más en nuestra región, especialmente el gas que a su vez marca el precio de la electricidad. En la medida que estas fuentes de energía estén caras, los sectores de consumo intensivo de energía se verán muy afectados. Estos sectores están con una actividad un 15% inferior con respecto a febrero de 2022, cuando empezó la invasión rusa. En la medida que la energía vuelva a los precios previos a la guerra de Ucrania, seguramente gran parte de la actividad perdida se podrá recuperar. Será un proceso lento, cuando los países desvían su producción a otras zonas con suministros de energía más ventajosos no se recupera de la noche a la mañana. 2024 puede ser un año de transición y 2025 de normalización en cuanto a la actividad industrial en Europa. Las expectativas de crecimiento muestran este efecto, para Europa es un 0,7% y para Estados Unidos un 1,5%. En 2025 seguramente ambas regiones igualen su crecimiento. Pero nos preocupa que decisiones de consumo e inversión se pospongan hasta 2025 para esperar a tener unos tipos de interés más favorables. El 2024 puede sorprender a la baja y el 2025 al alza.

A la hora de definir la estrategia por mercados, ¿preferís Europa o Estados Unidos? ¿Qué peso dais a emergentes? ¿Qué zona geográfica veis más atractiva?

Nos gusta más la curva americana, le vemos más recorrido en términos de duración. Partiendo de la base de que Europa pueda tener a medio plazo un tipo de intervención normalizado entre el 1,5% y el 2%, sumando los 100 pbs que se han sumado históricamente para obtener el 10 años alemán sale un 2,5%. Le vemos poco recorrido a la duración en Europa. Sin embargo, haciendo los mismos cálculos en Estados Unidos nos sale un 10 años al 3%-3,5%. En las bolsas europeas ocurre lo mismo, por valoración vale la pena sobreponderar Europa frente a Estados Unidos. Ahora las bolsas europeas tienen unos índices bajos y con las expectativas de crecimiento es probable que se capitalice muy bien una inversión.

La relación entre renta fija y renta variable

La correlación de estos dos tipos de activos depende de cómo responden ante los cambios en los tipos de interés.

Los bonos del Tesoro (renta fija) tienen una correlación negativa con los tipos de interés, es decir, el precio de los bonos baja cuando suben los tipos y viceversa. Esto siempre es así.

La renta variable tiene una relación más compleja con los tipos pues hay que tener en cuenta también la inflación y las expectativas de crecimiento. Cuando suben los tipos de interés por subidas en la inflación, se prevé un crecimiento más débil y, al igual que los precios de la renta fija, las bolsas se resienten. Pero si los tipos suben por una expectativa de fuerte crecimiento económico con unos bajos niveles de inflación y/o los inversores prevén una buena época, entonces la renta variable se verá beneficiada.

En resumen, en periodos de baja inflación la correlación entre renta fija y variable es negativa, cuando una baja la otra sube; y en periodos de alta inflación ocurre lo contrario, la correlación es positiva y ambos tipos de activos se mueven en la misma dirección.

 

 

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Repaso del final de 2023 y expectativas de 2024

Repaso del final de 2023 y expectativas de 2024

Hernán Cortés

21 de diciembre de 2023

2 min de lectura

Repasamos la recta final del año y las expectativas para 2024 en el programa “Ponte en Acción” de Negocios TV. Con Hernán Cortés, socio fundador y director de inversiones en Olea Gestión; Jaume Puig, director general en GVC Gaesto Gestión; y Fernando Romero, gestor de cartera en Abaco Capital.

La intervención completa:

Resumen de la intervención:

Fotografía para ver el momentum que está viviendo el mercado en este tramo final del ejercicio.

El final del ejercicio está claramente marcado por la evolución de la rentabilidad de los bonos que se ha movido en base a las expectativas del mercado para el año que viene sobre los tipos de intervención tanto de la FED como del BCE. En noviembre se publicó el último dato de octubre, que venía después de buenos datos en agosto y septiembre, nos daba en Europa tres datos buenos seguidos. Y en Estados Unidos también acumulaban varios datos positivos. El mercado ha empezado a visualizar que la inflación está muy encauzada a la baja, generando unas expectativas de bajadas de tipos que ahora mismo están en un 1,5% durante el año que viene. Esto nos llevaría a un tipo en Europa del 2,5% en lugar del 4%, se ha retroalimentado un rally muy importante en los bonos a corto, medio y largo plazo. Con tipos más bajos las bolsas siempre reaccionan positivamente.

En el contexto actual, a la espera de datos como PIB y empleo, ¿qué expectativas tenéis a la hora de conformar vuestra estrategia?

En lo que respecta a tipos de interés, renta variable a largo plazo. En Europa las rentabilidades a largo plazo pensamos que están por debajo de donde deberían estar, no vemos recorrido a la baja sino al alza. Creemos que un bono alemán debería estar a niveles de 2,5%. En un futuro próximo el tipo de intervención en Europa bajará a niveles entre el 1,5% y el 2%, sumando los 100 puntos básicos de pendiente de curva que históricamente se le suman al bono alemán, lo situaríamos cercano a ese 2,5%. Con lo que el bono alemán por ahora está caro. En Estados Unidos, a pesar del rally, todavía pensamos que haciendo el mismo cálculo, el tipo de intervención en EE.UU. podría estar en 2,5% más 100 pbs nos da un 3,5%. Ahora está en 3,9%, todavía le queda recorrido a la baja. En cuanto a bolsas, las perspectivas de crecimiento son algo mejores en Estados Unidos y las perspectivas de tipos de interés son similares a ambos lados del Atlántico, la bolsa americana debería estar mejor posicionada el año que viene respecto a la europea. En temas de cotización la bolsa europea es más atractiva, pero hay que hacer el matiz de que en EE.UU. el S&P Equal Weight, donde se elimina el efecto de las tecnológicas, está cotizando a PER 15 y el Stoxx 600 a PER 13,5. No hay tanta diferencia. Vemos el escenario de crecimiento algo más favorable en Estados Unidos, lo que debería llevar a las compañías americanas a tener crecimientos mejores. Pero no creemos que vaya a haber grandes diferencias.

Recta final del año, toca mirar lo que está por venir. ¿Dónde están las claves?

La clave va a seguir siendo la evolución de la inflación y, por consiguiente, la evolución de la política monetaria tanto de la FED como del BCE. Mientras el camino siga sin grandes baches, mientras la inflación siga claramente hacia el 2% en 2025, tanto la renta fija como la renta variable evolucionarán bien. Ahora bien, siempre hay riesgos. Tenemos una política fiscal que ha sido muy activa durante estos años y que ahora dejará de serlo. Esto conlleva un riesgo de crecimiento, este puede ser menor del esperado. También hay que tener en cuenta el efecto calendario que es bastante favorable en la energía, neutral en el petróleo pero favorable en el gas, con lo que la energía se irá restando de la inflación el año que viene. Aunque esto puede cambiar, cualquier shock de oferta que cambie la inflación nos puede llevar a una desviación con respecto a los planes de bajada de los tipos de intervención. El escenario tan favorable que vislumbramos para el año que viene puede cambiar. También nos preocupa que las decisiones de consumo a largo plazo e inversión se pospongan hasta 2025 por las expectativas de bajadas de tipos. Podemos tener un 2024 con un crecimiento menor pero también un 2025 con mayor crecimiento.

¿Por qué la inflación objetivo de la mayoría de bancos centrales es del 2%?

Tanto la FED como el BCE y otros importantes bancos centrales tienen marcado el objetivo de mantener una inflación controlada en el entorno del 2%. Pero, ¿por qué? Hay cierto consenso entre los economistas de que esa cifra es la adecuada para evitar la hiperinflación sin riesgo de deflación. Es suficientemente baja para mantener cierta estabilidad de precios pero da un márgen para no llegar a niveles negativos, es decir, a deflación

Consecuencias de la hiperinflación

Si la inflación se eleva por encima del entorno del 2% se produce una excesiva pérdida del poder adquisitivo y del valor del dinero. Esto funciona como un desincentivo del consumo, del ahorro, lo que genera a su vez un desincentivo en la inversión, y de la inversión en la moneda del país, con su consiguiente fuga de capitales. Y, como es lógico, sin consumo, sin inversión y sin capital, el crecimiento económico se paraliza, pudiendo llegar a un decrecimiento si la inflación sube demasiado. 

Consecuencias de la deflación

Datos deflacionarios, es decir, una inflación negativa suponen una reducción del consumo. Este se aplaza hasta que bajen los precios para aumentar el poder adquisitivo antes de consumir. Un menor consumo supone una menor producción, entrando así en una espiral deflacionaria que no hace más que reducir la actividad económica con efectos negativos sobre el empleo. De esta forma, al igual que ocurre con la hiperinflación, la economía termina entrando en recesión.

 

 

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La resiliencia americana

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Hernán Cortés

27 de noviembre de 2023

1/2 min de lectura

Hablamos con Hernán Cortés (Olea Gestión) y Mariano Valderrama (CIMD Intermoney) sobre la resiliencia americana.

 

Fotografía del mercado.

Un mercado tremendamente activo en este noviembre con dos datos que cambiaron las cosas en EE.UU. y sobre todo en Europa. Éstos son los dos últimos datos de inflación.  Conseguir en dos meses bajarla, en Europa, de un 5,2% (general y subyacente) a un 2,9% la general y un 4,2% la subyacente ha creado la sensación de que la guerra contra la inflación, si bien no está ganada, está muy encauzada. Las expectativas del 2% de los bancos centrales se pueden cumplir.

 

Lagarde ponía sobre la mesa una estanflación. Decía que la inflación puede remontar por la presión salarial. Todo esto en un contexto de pérdida del impulso del empleo y con una debilidad alemana.

El discurso hawkish es siempre relativo al contexto. El mercado descuenta fuertes bajadas en el segundo semestre de 2024, el BCE trata de frenar esas expectativas porque todavía falta llevar la subyacente a niveles próximos al objetivo del 2%. También hay que tener en cuenta que los bancos centrales llegaron tarde a las subidas y no se van a precipitar en las bajadas.

 

¿Cómo de resiliente es la economía americana?

Impresiona el cambio de expectativas de crecimiento del PIB para este año en cuestión de meses. La FED en junio preveía un 1% y en septiembre las elevaron al 2,1%. La resiliencia americana es brutal, la gente se ha equivocado previendo un escenario muy fatídico. El impacto de los tipos de interés en la economía real ha sido inferior a lo previsto, sobre todo en EE.UU. pero también en Europa. Pero esto no quiere decir que el año que viene no podamos tener un mayor impacto.

 

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Análisis del entorno de la UE y EE.UU.

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Hernán Cortés

26 de octubre de 2023

1/2 min de lectura

Analizamos el entorno económico en la UE y en EE.UU. con Hernán Cortés (Olea Gestión), Diego Fernández (A&G) y David Ardura (Finacces Value).

 

¿Cómo es la fotografía del mercado?

El escenario es complejo y es difícil definir hacia dónde van los mercados. El mercado ha resistido muy bien el envite de la subida de tipos de interés, en EE.UU. de 500 pbs y en Europa de 450 pbs. EE.UU. sorprendentemente ha conseguido una tasa de crecimiento para este año del 2% y Europa, más impactada sobre todo por los precios de la energía, mantiene crecimientos positivos (menos Alemania). En cuanto a los resultados de las compañías, están aguantando bastante bien. Se esperaba una contracción brutal de los márgenes de las empresas y no está siendo así. Los beneficios a final de año se quedarán cercanos a 0, ligeramente por encima, lo que nos parece un éxito teniendo en cuenta el momento actual.

¿Qué temores barajáis en el mercado? ¿Dónde está puesto el foco?

El principal temor de los últimos dos años ha sido hasta dónde iban a subir los tipos de interés. Ya han llegado a su tope y ahora la pregunta es hasta cuándo los dejamos ahí arriba. El mercado descuenta que en julio del año que viene tanto en Europa como en Estados Unidos vendrá la primera bajada, de ¼ de punto, con otra en noviembre. Pero no nos parece descabellado pensar que esas bajadas se pospusiesen hasta 2025. La traslación de la política monetaria a la economía real ha sido muy lenta, pero en algún momento va a dejarse ver. El endeudamiento, tanto de familias como de empresas, partía en este año con niveles medios-bajos y con mucha financiación a largo plazo con tipo fijo. El impacto inicial lo hemos absorbido bien, pero el año que viene, las nuevas decisiones de inversión y consumo, se harán con los nuevos tipos de interés y es posible que se pospongan hasta tener tipos más bajos.

¿Qué esperáis de las palabras de Christine Lagarde?

Lo que prevemos es que se inicien las discusiones sobre cuándo empezar a reducir el programa de estímulo de compra de bonos llevado a cabo durante la pandemia. Seguramente no lleguen hoy a ninguna conclusión aunque deberían hacerlo antes de terminar el año para, en 2024, iniciar el proceso de reducción. En el balance del BCE, a diferencia del de la FED, se ve una reducción de 1,7 trillion por la devolución de los TLTRO por parte de los bancos europeos. Los americanos, como no tenían los TLTRO, están reduciendo balance vía no renovación de los bonos que vencen y se está notando más que en Europa la desaparición de un gran tenedor de bonos.

Pendientes también de EE.UU. y su dato de PIB que se espera que esté al 4,3%. ¿Qué puede pasar si llega al entorno del 5%?

Desde el momento en que la FED pasa de decir en junio que la economía iba a crecer un 1% a que lo va a hacer en un 2,1% en septiembre, podemos esperar cualquier cosa. La clave está en el 2024, hay que ver que va a pasar en un año que empieza con tipos al 5,5% con lo que esto conlleva en los nuevos proyectos de inversión de familias y empresas. La política fiscal se está poniendo en cuestión, está tirando en la dirección contraria a la monetaria, y probablemente se alineen el año que viene.

 

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La guerra de Israel no arrasa en el mercado: sube el gas y se pausa la subida de tipos en EEUU

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Hernán Cortés

11 de octubre de 2023

1/2 min de lectura

Es normal la subida del petróleo, pero el impacto real está en el gas: más preocupante por su repercusión en la inflación. En el resto de los activos no ha afectado. La gran pregunta es si la recesión esperada en 2023 llegará en 2024, va a ser difícil evitar una recesión. A partir de 2024, hay que reducir la exposición a renta variable y poner la vista en los bonos. La desglobalización de la producción es inflacionista por naturaleza.

 

Vamos a hacer una radiografía de lo que vemos ahora en el mercado.

La reacción del mercado financiero a los acontecimientos ocurridos en el conflicto plaestino-israelí, al margen del drama humanitario, ha sido razonable y sensata. Ningún precio se ha disparado. El petróleo es normal que haya subido, pero es más destacable la subida del precio del gas porque tiene mayor repercusión sobre la inflación pues se utiliza en la industria y en la calefacción de los hogares y marca el precio de la electricidad. Este es el único activo que preocupa, las bolsas han seguido subiendo y los bonos han bajado las rentabilidades (con este tipo de acontecimientos se tiende a comprar más) pero todo dentro de la normalidad. Después de la cantidad de eventos socioeconómicos y sociopolíticos que han ocurrido la gente suele tener reacciones menos virulentas.

¿Cómo encaráis la recta final de este último trimestre del año?

Dejando a un lado el conflicto de Gaza y centrándonos en la macroeconomía global, la gran pregunta es si la recesión que se esperaba este año llegará en 2024. La traslación de las subidas de tipos a la economía real ha sido muy lenta, en buena parte porque los niveles de endeudamiento son bajos a pesar de haber tenido 10 años con tipos de interés bajos o negativos. Además la financiación ha sido en muchas ocasiones a tipo fijo y eso aminora el impacto de las subidas de tipos. Todo esto en un entorno de crecimiento bastante favorable. De momento los tipos de interés altos no han llegado a la economía real, pero esto no significa que no lleguen nunca. Es muy probable que el año que viene sí veamos esos efectos. El mercado espera bajadas de ¼ punto en septiembre y en diciembre tanto en Europa como en Estados Unidos, pero nosotros creemos que las bajadas se retrasarán hasta que veamos una mayor contracción económica.

La FED ha dicho que el tipo neutral podría estar en el 2,5%-3%.

La inflación estructural vuelve a un rango más normalizado, más cercano a ese objetivo del 2%. La deslocalización de industrias ha sido muy deflacionista pero ese proceso se está frenando e incluso deshaciendo. En la medida que no tengamos un shock de demanda como el del Covid-19, la oferta y la demanda estarán equilibradas y la inflación estará más en línea con el objetivo. Si esto es así los tipos de interés volverán también a niveles más razonables, un 2,5% en EE.UU. y un 1,5%-2% en Europa.

 

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