Ventajas de la Inversión Colectiva
El primer fondo de inversión -fondo abierto como lo conocemos actualmente- se crea en 1924 en Massachusetts, EE.UU. -por la gestora MFS que sigue operando en nuestros días-, pero los orígenes de la inversión colectiva se remontan mucho más atrás.
Algunos autores fijan el nacimiento de los fondos de inversión en el siglo XVI cuando los banqueros de Augsbourg captaban la inversión de algunos particulares, haciéndoles participar de manera proporcional de rentabilidades y responsabilidades. Otros lo remontan a Holanda hacía 1774, después de la crisis financiera de 1772, cuando un rico comerciante holandés facilitaba a otros de menor tamaño y particulares la posibilidad de invertir de manera conjunta, para hacerlo por menor importe y arriesgando menos sus ahorros. Y otros fijan el origen en el rey Guillermo I de Holanda, que en 1822 concibió las Sociedades de Inversión de Capital Fijo. Unos primeros fondos de inversión cuya finalidad era estimular la industria del país.
En cualquier caso, fuera cual fuese el origen de la inversión colectiva, buscaba reducir la aportación de los inversores para acometer proyectos, minorando de esta manera el riesgo. El hecho de que la inversión sea conjunta abarata los costes totales para acceder a economías de escala y además hace que se diluyan entre todos los inversores. A estas primeras ventajas que aún se mantienen, la complejidad de la sociedad actual ha ido sumando otras:
El que haya una inversión de manera colectiva, obliga al que la promueve -actualmente las gestoras de fondos- a profesionalizar su labor, ofreciendo más información a los partícipes. Hay que añadir, que el hecho de que haya pluralidad de inversores, y al tratarse de fondos abiertos, se beneficia a la hora de hacer líquida la inversión al disponer de un valor liquidativo diario que da acceso a las entradas y salidas de patrimonio.
Una ventaja importante es la mayor seguridad en la inversión. Desde el punto de vista jurídico, la propiedad del fondo y por tanto de las inversiones subyacentes, es de los partícipes. Además, el sector financiero es un sector regulado, y las instituciones dedicadas a este cometido, establecen una serie de obligaciones a las gestoras de fondos para beneficio de los inversores. Así, nos encontramos que las transacciones de dichas participaciones se tienen que realizar a través de entidades financieras sujetas a regulación. Estas participaciones se tienen que custodiar en entidades depositarias también reconocidas por los reguladores.
Que además, todos estos intervinientes sean solventes y sean supervisados periódicamente por estos reguladores. Y que, en la búsqueda de una total transparencia, se procure toda la información referente a la inversión a través de un folleto y posteriormente mediante informes periódicos -trimestral, semestral y anual-, así como comunicar cada hecho puntual que tenga relevancia para el partícipe o inversor. Por último, el regulador obliga a que el riesgo del fondo de inversión sea adecuado para el inversor individual.
A diferencia del resto de Europa, en España los fondos de inversión gozan de un tratamiento fiscal especial, en el que se permite no sólo diferir la tributación de las operaciones que generen plusvalías dentro de un fondo, sino que también, se permite el traspaso de un fondo a otro, postergando hasta que se haga líquido la obligación de rendir cuentas al fisco.
¿Cuál es el mejor momento para invertir o desinvertir en un fondo?
Una pregunta que surge a menudo es conocer cuándo es el mejor momento para invertir o desinvertir en un fondo.
Como inversor es normal que te preguntes cuál es el mejor momento para invertir o para deshacer una inversión. Y es cierto que la incidencia del conocido “momentum” en los primeros pasos del camino como inversor, tiene una incidencia muy significativa.
Si consultas a los grandes inversores de nuestro tiempo, hallarás un compendio de frases célebres que invitan a comenzar a invertir en momentos de incertidumbre o miedo. Pero, ¿sabes reconocer esos momentos? ¿Esto aplica a todos los activos o a todos los productos? ¿Cualquier inversión iniciada en un momento de estrés de mercado da un buen resultado? Como intuyes, la buena o mala marcha de nuestra inversión será el resultado de un proceso bastante complejo que debe ser llevado a cabo por profesionales.
Siguiendo con el símil del camino, lo primero que debes tener en cuenta antes de dar el primer paso es trazar una ruta, saber de qué plazo dispones para mantener la inversión, qué riesgo eres capaz de soportar y qué objetivo de rentabilidad esperas obtener al final de ese plazo.
Si te fijas una meta de rentabilidad a corto plazo (un año), desde luego el momento que elijas para invertir puede ser crucial. Pero a medida que el plazo que te hayas marcado sea más largo, será más importante no dejarte llevar por sensaciones que vas a ir experimentando durante la vida de tu inversión, sino haber comenzado en un momento óptimo.
Y en el caso de la desinversión el resultado es muy similar al de las entradas. Está comprobado que vender antes del plazo previamente fijado, dejándote llevar por el pánico, provoca que pierdas las subidas cuando se produzcan de nuevo, arrojando unas rentabilidades medias peores que los que mantienen la posición.
Todo lo anteriormente dicho, cobra aún más importancia cuando hablamos de elegir el momento de entrada o salida de un producto gestionado. Para un inversor será aún más complejo elegir el momento adecuado, cuando a la vez, hay un equipo gestor tomando también decisiones de compra o venta de activos.
Por lo tanto, si has elegido un producto gestionado en el que invertir tu patrimonio a un plazo medio o largo, lo mejor que puedes hacer es ser fiel a tu planificación, no tomar decisiones guiado por el miedo o la euforia, dejar a los gestores elegir la entrada y salida en los diferentes activos, y valorar el resultado al final del plazo marcado.
Invierte en el fondo y recuerda el plazo de tu inversión en los momentos difíciles, porque es la mejor herramienta para evitar los vaivenes de los mercados financieros.
Por qué es interesante que el número de partícipes crezca
Una pregunta que nos hacen a menudo a quienes gestionamos un fondo de inversión es en qué medida es conveniente crecer en partícipes o clientes.
La respuesta corta es que el hecho de que haya más volumen gestionado beneficia a todos los partícipes del fondo. Veamos por qué:
Desde el punto de vista del inversor particular, acceder a una inversión en grupo con un alto volumen, permite invertir en productos a los que no tendría acceso de manera individual.
Cuando alguien invierte por su cuenta, a menudo le resulta imposible comprar ciertos tipos de activos que tienen unas elevadas comisiones de compraventa. Sin embargo, un fondo con cierto tamaño de patrimonio como Olea Neutral puede hacerlo a un coste reducido.
Asimismo, existen productos de renta fija que no están disponibles para el inversor particular, ya que requieren de un capital mínimo elevado, o simplemente necesitan de un conocimiento especializado que supone una alta barrera de entrada.
El hecho de que haya más volumen gestionado beneficia a todos los partícipes del fondo.
Desde el punto de vista de la gestión, manejar un alto volumen también tiene ventajas:
Los fondos de inversión deben cumplir criterios de gestión de riesgos, lo que requiere una diversificación eficiente. Cuantos más partícipes tenga un fondo, habrá, por norma general, un mayor volumen gestionado. Gestionar un alto volumen permite a un fondo de inversión distribuir su patrimonio entre activos de manera más diversa, protegiendo así al inversor de posibles desaciertos en la selección de activos. Todo ello reducirá el riesgo soportado por el partícipe.
Recapitulando: ser cliente de un fondo con un gran número de partícipes te da acceso a un mayor número de productos con menos comisiones, y permite una gestión de tu patrimonio más eficiente y diversificada.
¿Qué hacer en una situación de bajada general de mercados?
Las bajadas de mercado son habituales: los mercados financieros sufren ciclos alcistas y bajistas, bajadas estructurales o bajadas impulsadas por acontecimientos concretos, es importante diferenciarlas y tratarlas con naturalidad.
Cuando las bajadas son más pronunciadas, debes mantener la cabeza fría para poder hacer un análisis fiable de la situación y tus inversiones.
En Olea, delegas en nuestros gestores este tipo de decisiones que actuarán según la circunstancia de mercado, si es más indicado reducir el riesgo y proteger la cartera, o por el contrario la bajada supone una oportunidad de inversión de la que beneficiarnos. La liquidez también en esos momentos es una pieza clave de la que se ocuparán nuestros gestores.
En un caso de bajada de mercado por acontecimientos concretos, el análisis macroeconómico, la calidad de las posiciones del fondo, y el horizonte temporal de tu inversión juegan un papel crucial a la hora de replantear la táctica a seguir. Tienes que ser muy consciente de que no deberás seguir la misma estrategia si necesitas el dinero en el corto plazo, que si no lo necesitas y además, tienes más dinero para invertir.
En caso de que haya que hacer ajustes, los gestores de Olea Neutral los realizarán de una manera meditada y soportada por su experiencia, conocimiento y estudio del mercado; decidiendo si deben restar o incrementar exposición al mercado y cuando, controlando muy activamente los riesgos implícitos de su cartera como son: riesgo tipo de interés, divisa, crédito y bolsa, riesgos que un inversor desconoce y por los que se delega, entre otras razones, la inversión a un gestor profesional.
Recapitulando, la persona que invierte debe vencer los miedos interiores confiando en el modelo Olea y diversificando sus inversiones.