Somos menos optimistas que el mercado con las bajadas de tipos del BCE

Rafa Peña

25 de enero de 2024

2 min de lectura

El Banco Central Europeo (BCE) celebra este jueves su primera reunión del año en la que los analistas prevén que mantenga los tipos de interés en el 4,5%, pero con la vista puesta en futuras bajadas durante este ejercicio. Rafael Peña, socio fundador de Olea Gestión  y gestor del fondo Olea Neutral junto a Hernán Cortés, cree que hasta que no haya mejores datos de inflación el BCE va a ser “más prudente de lo que espera el mercado”.

Mira la intervención:

Resumen de la intervención:

Hoy es la primera reunión del BCE en este 2024. ¿Qué esperas de Christine Lagarde en esta cita y a lo largo del ejercicio?

Prudencia. Hasta que no haya mejores datos de inflación consolidados vamos a ver siempre un tono más prudente de lo que está descontando el mercado. Es difícil prever cuándo llegarán las bajadas de tipos. Todo depende de la inflación y tanto la FED como el BCE irán actuando en función de los datos. No creemos que vaya a haber grandes movimientos en el primer semestre, quizá alguno en el segundo. Y el segundo semestre será difícil porque hay elecciones estadounidenses con lo que casi seguro las bajadas en Estados Unidos no llegarán a los 125 puntos básicos que descuenta el mercado.

Y con este escenario, ¿la renta fija va a seguir siendo el activo favorito, el activo con mejor binomio riesgo-rentabilidad?

Por fin es el activo en el que hay que estar sí o sí. Antes hemos tenido que buscar cosas para poder rentabilizar vía renta fija más complicada y ahora hace falta mucha gestión. En los primeros días del año llevamos más de 30 puntos básicos de subida en 10 años, lo cual es una pérdida para las carteras. Pero hay que estar muy encima, es un activo que ahora nos renta tanto en el corto como en el largo plazo y hay que decidir.

Es un activo donde hay que seguir muy de cerca las duraciones dependiendo de cómo se muevan las expectativas de bajadas de tipos de interés.

Hay que ver mucho las duraciones, hay que controlar el riesgo de solvencia y de crédito también, la divisa, el formato que tienen los activos en cuanto a las subordinaciones… Es un activo que requiere mucha gestión y mucha dedicación para sacar un valor añadido. En un activo que por fin renta pero que tiene mucha volatilidad. Por eso mismo no vale con comprar un bono a 10 años o comprar el corto y ponerse a otra cosa. No, comprar el largo y convertirlo en el principal motor de la cartera requiere mucho trabajo.

¿El principal riesgo de este año podría ser que nos relajemos con la inflación? Tenemos también el tema del Mar Rojo que podría convertirse en estructural aunque de momento es coyuntural.

La inflación lo es todo. Si hay inflación descontrolada, que parece que se ha controlado, es el gran problema. Luego otra cosa son los temas geoestratégicos. Ahora la inflación hay que verla como una carrera, hay que pensar si el último kilómetro que nos queda por hacer es el más duro. En este caso el tema está muy centrado en la subyacente. Pero no dejaría de mirar los riesgos geoestratégicos, tanto por conflictos bélicos como por desequilibrios de poder; y también elecciones, 2024 es el año con más elecciones alrededor del mundo. Es un año que viene cargado de temas.

En Estados Unidos parece que Trump promete dar guerra de aquí a final de año. Esto puede dar volatilidad.

Es un fenómeno conocido, no sorprende a nadie que Trump vaya a dar guerra. Hay que recuperar la base y ver la resiliencia de la economía americana que aguanta a actores menos convencionales como el expresidente Trump.

El mercado está muy pendiente de la inflación y del crecimiento económico que desfallece y con unos tipos de interés altos y unos bancos que están echando el freno a la compra de activos. Estamos en un momento de restricción de política monetaria. Hace unos años el escenario era muy distinto y parece que se quiere volver ahí. Pero lo anormal era tener tipos negativos.

Por ahora la realidad está dando la razón a los bancos centrales. El mercado está descontando el mejor de los escenarios en cuanto a bajadas de tipos pero eso no significa que lo vayan a hacer mal los bancos centrales sino que el mercado ha puesto precio a cosas que todavía no han pasado. Se esperan datos económicos muy positivos. Nuestro análisis es que vivimos mucho mejor en un mundo con tipos de interés que no sean cero, la situación anterior ha hecho mucho más daño del que recordamos.

¿Qué papel debe jugar la renta fija en este contexto de mercados en una cartera multiactivos?

Tiene que coger una relevancia total. Hemos pasado, desde 2011 muchos años, donde la renta fija en nuestra moneda no nos aportaba tanto valor. Ahora tenemos rentabilidad en el corto, tenemos rentabilidad en el largo, tenemos que ver qué duración tenemos por si las bajadas de tipos nos dejan sin rentabilidad en el corto, tenemos que ver el efecto diversificar frente a las acciones. La renta fija se convierte en el motor, sobre todo para los inversores más conservadores que son los que han sufrido más en los últimos años.

¿Por qué la renta fija es un activo tan complejo?

Para entender la complejidad de la renta fija primero hay que entender cómo funciona. La renta fija, ya sea pública o privada, es un activo que ofrece una rentabilidad fija, de ahí su nombre. Está predefinida en el momento de la compra y depende de los tipos de interés. Pero el precio sí puede variar en función de la rentabilidad que ofrezcan otros activos similares existentes en el mercado, aquí es donde reside su complejidad.

Si compramos un bono de renta fija y esperamos a su vencimiento no hay ningún problema, obtendremos la rentabilidad prometida a menos que haya un problema con el emisor. Pero si lo que queremos es aprovechar al máximo el beneficio que podemos obtener de la renta fija, haremos compra-venta de activos. Entonces, si hoy compro un activo con una rentabilidad x y mañana suben los tipos de interés, aparecerán en el mercado activos similares al mío pero con mayor rentabilidad. Si quiero vender mi activo, habrá bajado de precio por ser menos atractivo y perderé parte de mi inversión. Pero si ocurre lo contrario, es decir, si bajan los tipos de interés, podré vender mi bono a un precio mayor al que pagué aumentando mi beneficio.

 

 

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