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La decisión de si se debe invertir en un tipo de activo u otro, en el largo o en el corto plazo, en una zona geográfica u otra, etcétera; depende de la situación del mercado en cada momento. Lo que hoy resulta interesante, en un tiempo puede no serlo y viceversa. Ahora mismo, para la toma de estas decisiones, el foco está puesto en la inflación, el crecimiento económico y los tipos de interés.

Contexto actual

En los últimos años, desde la pandemia de la Covid-19 (2020) y sobre todo desde la invasión rusa a Ucrania (2022), la inflación se disparó hasta alcanzar el 9% en Estados Unidos (EE.UU.) y el 11% en la Unión Europea (UE). El encarecimiento del petróleo y del gas repercutió al total de la economía. Todos los sectores necesitan de fuentes de energía para su actividad y el aumento de los costes por este lado se ve reflejado en el precio de venta del bien producido o el servicio prestado. En este contexto, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE) elevaron los tipos de interés hasta el 5,25% y 4,5% respectivamente para lograr un efecto doble contra la inflación: encarecer la financiación y el endeudamiento desalentando decisiones de inversión, y aumentar la rentabilidad del ahorro por lo que se sustituye consumo presente por ahorro y consumo futuro. Gracias a esta política monetaria restrictiva, los bancos centrales han logrado, desde hace pocos meses, controlar la inflación. Pero todavía no se ha logrado el objetivo del 2%, el dato del cierre del primer trimestre marca un 2,4% en la UE y un 3,5% en EE.UU. quedando más camino por recorrer.

Aunque llegar a la situación actual no ha sido fácil, el camino está siendo mucho más cómodo de lo que muchos analistas pronosticaban. Cuando suben tanto la inflación y los tipos de interés es normal que la economía entre en recesión, pero esta vez no ha sido así gracias al empleo que se encuentra en máximos históricos en los países occidentales de ambos lados del Atlántico. Ha sido el soporte perfecto para mantener el crecimiento económico en positivo, especialmente en EE.UU. donde se espera un incremento del PIB del 1%-1,5% en 2024. Mientras la gente tenga empleo seguirá consumiendo, lo que supone una motivación de la producción y la inversión; es decir, se mantiene la actividad económica. Esto no ocurrió en la crisis financiera de 2008 que destruyó empleo y riqueza de forma masiva.

 

 

Qué es la renta fija y por qué invertir en ella

En este contexto, ¿qué activos son más atractivos para invertir? Aunque las bolsas (renta variable) se mantienen en niveles interesantes por la actividad económica, destaca la renta fija. Es un activo muy interesante para inversores largoplacistas que buscan estabilidad en su cartera. Los títulos de esta categoría se emiten con una rentabilidad predeterminada que, si es atractiva y el mercado no da demasiadas sorpresas, permite mantener los bonos en cartera hasta vencimiento y cobrar un cupón anual conocido de antemano. El problema viene cuando las características de la emisión no son atractivas a largo plazo como ha ocurrido en la última década donde teníamos tipos cercanos al 0%. Esta situación obligaba a llevar una estrategia que consiste en comprar y vender bonos según las perspectivas de corto plazo (también conocida como risk on risk off).

Ahora mismo, con una inflación que se acerca, sobre todo en la UE, al 2% y unos tipos de interés de los bonos a largo plazo por encima del 3% en Europa y el 4% en EE.UU, los inversores largoplacistas vuelven a ver con buenos ojos el mantenimiento de los bonos a largo plazo hasta vencimiento. Eso sí, muy pendientes de la evolución de los datos. Aunque todo parece ir por buen camino, siempre pueden aparecer sorpresas. La inflación podría no bajar al ritmo que se espera, el crecimiento del PIB podría cambiar y los bancos centrales pueden alterar el calendario de bajadas de tipos en función de esos datos.

Renta fija: ¿está libre de riesgos?

Un buen momento para la renta fija hace la vida más fácil para los inversores especializados en este activo que ya es suficientemente complejo, y el cuál tiene distintos tipos de riesgo que hay que saber analizar:

  • Riesgo de crédito: es la posibilidad de que el emisor no pueda hacer frente al reembolso del principal y el pago de los intereses.
  • Riesgo de tipos de interés: los precios de los bonos y su rentabilidad tienen una relación inversa, si uno sube la otra baja. Hay que vigilar los posibles cambios en los tipos de interés para saber cuándo adquirir cada bono y con qué duración.
  • Riesgo de divisa: en cualquier inversión a largo plazo con activos de una divisa distinta a la propia hay que considerar las posibles alteraciones del tipo de cambio que pueden jugar a tu favor o en tu contra.
  • Riesgo de inflación: como ya hemos comentado, la inflación significa pérdida de poder adquisitivo y esto puede hacer que el retorno de los bonos pierda valor.

Cómo aprovechar las ventajas de la renta fija con Olea Neutral

Como ves, la inversión en renta fija es un tema complejo que requiere de mucha formación y experiencia para hacer un buen análisis macroeconómico y hacer unas perspectivas realistas que no sean ni demasiado optimistas ni pesimistas para evitar sorpresas. Eso sí, si eres un inversor patrimonialista merece la pena que consultes a tu asesor y te acerques a este tipo de activo pues, con el asesoramiento y gestión adecuados, puede darte muchas alegrías. Y lo decimos con conocimiento de causa pues los gestores de Olea Neutral suman más de 60 años de experiencia en el sector financiero trabajando con todo tipo de inversiones, entre ellas por supuesto, la inversión en renta fija.

Rafa Peña, actual gestor y CEO de Olea, fue director de inversiones en BCH durante 6 años y gestor de carteras durante otro año más en Tressis. Por su lado, Hernán Cortés, actual gestor y director de inversiones en Olea, ha sido director de mercado de capitales y ventas en Citibank y director de tesorería en La Caixa estando 11 años en cada entidad.  

 En 2004 Rafa Peña fundó Olea Neutral y Hernán Cortés se sumó a su gestión en 2009, desde entonces han sido los encargados de gestionar la cartera de nuestro fondo persiguiendo nuestro objetivo de rentabilidad media anual del 5%.

Al ser un fondo multiactivo, Olea contiene todo tipo de activos en su cartera desde renta fija y variable hasta materias primas pasando por emergentes y CoCos. Pero la renta fija es el activo principal que ocupa entre un 40% y un 90% de la cartera, un 52% a cierre de abril. Durante la última década, los gestores han trabajado en un entorno desfavorable para la gestión de renta fija pero cumpliendo con el objetivo del 5% TAE.

La era de tipos al 0% ha llegado a su fin y en Olea empezamos a disfrutar del buen momento para la renta fija. Únete a nosotros y aprovecha la experiencia de nuestros gestores para disfrutar tú también de las ventajas de la renta fija.

 

 

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