Cómo lograr un 4% de rentabilidad en un entorno de inflación y crisis geopolítica.

Miguel Moreno Mendieta

20 de octubre de 2023

2 min de lectura

Los mercados financieros están hechos para valientes. Ahora, predomina el miedo por la endiablada situación geopolítica y por una macroeconomía que cada vez se resiente más del electroshock provocado por las drásticas subidas de tipos. Todo ello, aliñado con unos precios que siguen subiendo a una tasa cercana al 4%, lo que complica la posibilidad de conseguir unas rentabilidades capaces de batir a la inflación.

En esta difícil coyuntura, ¿dónde se puede invertir para tratar de conseguir algo de tranquilidad? ¿Qué activos están ofreciendo retornos por encima del 4%? Para la mayoría de los gestores de activos, los bonos son la gran respuesta a esta pregunta, pese a la reciente oleada de ventas.

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Hernán Cortés es el director de inversiones de la firma Olea Gestión. El vehículo que gestiona busca, precisamente, conseguir una rentabilidad media anual, en el largo plazo, del 5%. Este año están justo en ese nivel. “Lo que hemos estado haciendo en las últimas semanas es ir reduciendo el riesgo en las carteras, pasar de tener un 38% de Bolsa a comienzos de año a tener solo un 18% ahora”, apunta.

La decisión se explica, no tanto porque desde la firman piensen que va a haber una brusca corrección bursátil –”las valoraciones de la renta variable nos parecen razonables tanto en Europa como en Estados Unidos”–, sino porque hay algunas opciones de inversión en renta fija que son muy atractivas.

Cortés menciona expresamente los bonos a 10 años emitidos por el Tesoro norteamericano, que ya rozan una rentabilidad del 5%. “A este nivel, nos parece que ya se vuelve más interesante comprar deuda en estos plazos más largos, que las emisiones a dos o tres años. El cupón que paga es ya muy alto y vemos que es más probable que el activo se pueda apreciar en los próximos años”, apunta.

Para los gestores de fondos multiactivo, el oro ha sido una carta muy jugada en los últimos meses, pero su potencial se está agotando, tras una revalorización de más del 6% en el año. Hernán Cortés, de Olea, explica que recientemente han ido reduciendo su posición en el metal precioso y sustituyéndola por bonos de EE UU ligados a la inflación. “Te están pagando la inflación más un 2,4%, lo que hace que sea una rentabilidad muy atractiva, que en el oro ya no se puede esperar”, comenta.

Así pues, a pesar de la difícil coyuntura que se dibuja en el horizonte de los mercados financieros, los inversores tienen algunas alternativas.

 

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