Repaso del final de 2023 y expectativas de 2024

Hernán Cortés

21 de diciembre de 2023

2 min de lectura

Repasamos la recta final del año y las expectativas para 2024 en el programa “Ponte en Acción” de Negocios TV. Con Hernán Cortés, socio fundador y director de inversiones en Olea Gestión; Jaume Puig, director general en GVC Gaesto Gestión; y Fernando Romero, gestor de cartera en Abaco Capital.

Lo hablado en la intervención:

Fotografía para ver el momentum que está viviendo el mercado en este tramo final del ejercicio.

El final del ejercicio está claramente marcado por la evolución de la rentabilidad de los bonos que se ha movido en base a las expectativas del mercado para el año que viene sobre los tipos de intervención tanto de la FED como del BCE. En noviembre se publicó el último dato de octubre, que venía después de buenos datos en agosto y septiembre, nos daba en Europa tres datos buenos seguidos. Y en Estados Unidos también acumulaban varios datos positivos. El mercado ha empezado a visualizar que la inflación está muy encauzada a la baja, generando unas expectativas de bajadas de tipos que ahora mismo están en un 1,5% durante el año que viene. Esto nos llevaría a un tipo en Europa del 2,5% en lugar del 4%, se ha retroalimentado un rally muy importante en los bonos a corto, medio y largo plazo. Con tipos más bajos las bolsas siempre reaccionan positivamente.

En el contexto actual, a la espera de datos como PIB y empleo, ¿qué expectativas tenéis a la hora de conformar vuestra estrategia?

En lo que respecta a tipos de interés, renta variable a largo plazo. En Europa las rentabilidades a largo plazo pensamos que están por debajo de donde deberían estar, no vemos recorrido a la baja sino al alza. Creemos que un bono alemán debería estar a niveles de 2,5%. En un futuro próximo el tipo de intervención en Europa bajará a niveles entre el 1,5% y el 2%, sumando los 100 puntos básicos de pendiente de curva que históricamente se le suman al bono alemán, lo situaríamos cercano a ese 2,5%. Con lo que el bono alemán por ahora está caro. En Estados Unidos, a pesar del rally, todavía pensamos que haciendo el mismo cálculo, el tipo de intervención en EE.UU. podría estar en 2,5% más 100 pbs nos da un 3,5%. Ahora está en 3,9%, todavía le queda recorrido a la baja. En cuanto a bolsas, las perspectivas de crecimiento son algo mejores en Estados Unidos y las perspectivas de tipos de interés son similares a ambos lados del Atlántico, la bolsa americana debería estar mejor posicionada el año que viene respecto a la europea. En temas de cotización la bolsa europea es más atractiva, pero hay que hacer el matiz de que en EE.UU. el S&P Equal Weight, donde se elimina el efecto de las tecnológicas, está cotizando a PER 15 y el Stoxx 600 a PER 13,5. No hay tanta diferencia. Vemos el escenario de crecimiento algo más favorable en Estados Unidos, lo que debería llevar a las compañías americanas a tener crecimientos mejores. Pero no creemos que vaya a haber grandes diferencias.

Recta final del año, toca mirar lo que está por venir. ¿Dónde están las claves?

La clave va a seguir siendo la evolución de la inflación y, por consiguiente, la evolución de la política monetaria tanto de la FED como del BCE. Mientras el camino siga sin grandes baches, mientras la inflación siga claramente hacia el 2% en 2025, tanto la renta fija como la renta variable evolucionarán bien. Ahora bien, siempre hay riesgos. Tenemos una política fiscal que ha sido muy activa durante estos años y que ahora dejará de serlo. Esto conlleva un riesgo de crecimiento, este puede ser menor del esperado. También hay que tener en cuenta el efecto calendario que es bastante favorable en la energía, neutral en el petróleo pero favorable en el gas, con lo que la energía se irá restando de la inflación el año que viene. Aunque esto puede cambiar, cualquier shock de oferta que cambie la inflación nos puede llevar a una desviación con respecto a los planes de bajada de los tipos de intervención. El escenario tan favorable que vislumbramos para el año que viene puede cambiar. También nos preocupa que las decisiones de consumo a largo plazo e inversión se pospongan hasta 2025 por las expectativas de bajadas de tipos. Podemos tener un 2024 con un crecimiento menor pero también un 2025 con mayor crecimiento.

¿Por qué la inflación objetivo de la mayoría de bancos centrales es del 2%?

Tanto la FED como el BCE y otros importantes bancos centrales tienen marcado el objetivo de mantener una inflación controlada en el entorno del 2%. Pero, ¿por qué? Hay cierto consenso entre los economistas de que esa cifra es la adecuada para evitar la hiperinflación sin riesgo de deflación. Es suficientemente baja para mantener cierta estabilidad de precios pero da un márgen para no llegar a niveles negativos, es decir, a deflación

Consecuencias de la hiperinflación

Si la inflación se eleva por encima del entorno del 2% se produce una excesiva pérdida del poder adquisitivo y del valor del dinero. Esto funciona como un desincentivo del consumo, del ahorro, lo que genera a su vez un desincentivo en la inversión, y de la inversión en la moneda del país, con su consiguiente fuga de capitales. Y, como es lógico, sin consumo, sin inversión y sin capital, el crecimiento económico se paraliza, pudiendo llegar a un decrecimiento si la inflación sube demasiado. 

Consecuencias de la deflación

Datos deflacionarios, es decir, una inflación negativa suponen una reducción del consumo. Este se aplaza hasta que bajen los precios para aumentar el poder adquisitivo antes de consumir. Un menor consumo supone una menor producción, entrando así en una espiral deflacionaria que no hace más que reducir la actividad económica con efectos negativos sobre el empleo. De esta forma, al igual que ocurre con la hiperinflación, la economía termina entrando en recesión.

 

 

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