Estamos en una época de inflación muy elevada y los bancos centrales han recurrido a los tipos de interés para controlarla pero, ¿por qué?
La crisis generada por la pandemia de Covid-19 y la guerra entre Rusia y Ucrania han servido como impulso de la inflación. Además, durante la última década la inflación ha estado a niveles muy bajos y los empresarios han aprovechado a subir los precios ahora que han encontrado una excusa. Para controlar la inflación los bancos centrales están subiendo los tipos de interés, pero ¿por qué?
Los tipos de interés son el precio de la financiación. Subir los tipos encarece los créditos, los préstamos, las hipotecas, etc.; es decir, supone un drenaje de renta que afecta al consumo y a la inversión, conteniendo los precios. Es por eso por lo que tanto la FED como el BCE han realizado subidas de tipos, para enfriar el crecimiento.
Parece que hemos llegado a la cima de esas subidas y ahora la cuestión es cuándo bajarán los tipos. Hasta que la inflación no se acerque al nivel objetivo (2%) los tipos de interés se mantendrán altos. Para predecir cuándo pasará esto hay que distinguir entre inflación general e inflación subyacente. La general hace referencia al nivel general de precios y se calcula en base a la evolución del IPC, mientras que la subyacente excluye la energía y los alimentos no procesados del cálculo.
Los precios de la energía se han contenido bastante y esto tiene un efecto directo y positivo sobre la inflación general pero en la subyacente se tarda más en notar. Al reducir el coste de la energía se reducen los costes de producción permitiendo bajar los precios pero este proceso lleva su tiempo. Por lo tanto, la inflación subyacente es más correosa y tardará más en bajar que la general, hasta que esto no pase los tipos de interés seguirán sin bajar.
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