Los fondos multiactivos tienen libertad para asignar los porcentajes que crean convenientes en renta variable o fija, u otros tipos de activos como divisas, materias primas, instrumentos de liquidez, inversiones alternativas o derivados, y con exposición también a diferentes áreas geográficas. La flexibilidad y diversificación que aportan estos fondos los han convertido en una buena opción en tiempos en los que hay que ser ágiles para mover las carteras en busca de rentabilidad.
Se trata de una categoría que ha estallado en la última década, respondiendo a mercados menos predecibles debido a la aparición de burbujas financieras. La necesidad de capturar retornos, asumiendo mayores riesgos por parte de los inversores conservadores, es el gran catalizador de estos productos. Los fondos mixtos tradicionalmente replican las carteras modelo de los tipos de activos que los componen: renta variable europea, americana, renta fija europea, etc., es decir, los gestores ponen el foco en aportar valor a través de la selección de valores. La gestión de los fondos multiactivos pretende aportar valor a través de la combinación de exposiciones de los diferentes tipos de activos y normalmente con presupuestos de riesgo limitados.
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