La importancia de la historia de un fondo

Olea

Arancha Gómez

17 de noviembre de 2020

3 minutos

Atención disclaimer: “Rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras”.

Si bien es verdad que los resultados obtenidos por un fondo en el pasado no son garantía de los que obtendrá en el futuro, posiblemente su historia sea el mejor indicador con el que contamos para ofrecer nuestra confianza.

La historia del fondo es el currículo de éste, su expediente académico, el diario de sesiones, el registro de actividades, un testigo fiel y minucioso del comportamiento de unos gestores.

Para valorar la historia o track record de un fondo, debemos manejar algunos conceptos financieros:

El índice de referencia o benchmark con el que comparar el fondo. Para decir que una inversión ha tenido un buen resultado, hay que compararlo con alguna referencia, y esta referencia tiene que ser lo más ajustada a nuestra inversión para que la comparación sea efectiva.

Por otro lado, hay que tener en cuenta la volatilidad o riesgo que se asume en la inversión. Porque lógicamente el resultado será mejor cuanto menos riesgo se haya asumido para alcanzarlo.

Otro factor fundamental a tener en cuenta es la consistencia. Que el histórico muestre una reiteración de resultados buenos -buenos siempre en relación a ese benchmark y a ese riesgo asumido de los que hablábamos- nos ofrecerá unas mayores garantías a la hora de seleccionar ese fondo de inversión. Cuando un fondo tiene un resultado muy bueno un año, y al siguiente uno malo o muy malo, es indudable que la incertidumbre de acertar con el año correcto para empezar la inversión puede generar una alta indecisión.

Y por último, nos gustaría destacar un aspecto que a veces se da por supuesto, pero conviene tenerlo en cuenta, y es la fidelidad al mandato de inversión. Cada fondo tiene una estrategia plasmada en su folleto. Hay veces que el resultado de un fondo puede ser bueno, pero a costa de que los gestores hayan comprometido su estrategia inicial. Esto generará de nuevo recelos al inversor que dudará de su gestión en sucesivas ocasiones.

Para concluir, hay que añadir a la fórmula el resto de factores que se hayan alterado en la muestra de resultados al hacer nuestro análisis y valorar esas diferencias. Nos referimos con esto, a que el fondo cambie de equipo de gestión, de filosofía de inversión, etc.

Al final, la inversión es un negocio fundamentado en la confianza entre un gestor o unos gestores que se la quieren ganar, para poder realizar las inversiones para las que han creado su fondo, y un inversor que la necesita para confiarles su patrimonio.

Cuantos más factores reduzcan la incertidumbre de la inversión, más fácil será que el negocio se lleve a cabo. Y según explicamos, no hay mejor forma de conocer el desempeño de unos gestores que ver cuál ha sido éste en el pasado.

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