Valorar la rentabilidad a partir de la volatilidad

Ideas de inversión

Arancha Gómez

8 de junio de 2021

4 minutos

Los partícipes de un fondo tienen como primer objetivo obtener rentabilidad. Nadie empieza a invertir en un producto financiero por el mero placer de asumir un riesgo. El fin último de la inversión es obtener un rédito. Por eso debemos saber que existe un elemento en la inversión que es imposible disociar de la rentabilidad. Se trata de la volatilidad. Rentabilidad y volatilidad son conceptos que suelen ir de la mano, y es que este último es un parámetro que nos avisa de cuán arriesgado es confiar nuestros ahorros a un producto en concreto.

Toda inversión siempre conlleva un riesgo. No hay alternativa en el mercado que pueda garantizar al 100% que no habrá pérdidas. Ese miedo a perder dinero es lo que define a los distintos perfiles de inversor: conservador, moderado o arriesgado.

Un perfil conservador, por ejemplo, querrá asumir el menor riesgo posible para no ver disminuir sus ahorros en ningún caso. Muchas veces, este temor al riesgo cobra más importancia que la propia rentabilidad a la hora de invertir. En un contexto de tipos bajos como el actual, el inversor conservador puede pasar un determinado tiempo sin recibir rentabilidad y aceptar la circunstancia. Pero no puede vivir con una volatilidad alta mucho tiempo porque el miedo o la incertidumbre que percibe no se lo permitirá.

¿Pero qué es la volatilidad?

La volatilidad es un parámetro que mide la frecuencia e intensidad de los cambios de precio de un activo -desviación estándar- en un horizonte temporal específico. Es decir, la volatilidad nos dice si un activo ha tenido fuertes vaivenes en su valor y, por tanto, es poco estable en su precio. Se usa con frecuencia para cuantificar el riesgo del instrumento.

Por tanto, cualquier inversor, y más aun los que tienen un perfil conservador, deberán medir el nivel de variación de la rentabilidad de un producto antes de realizar la inversión. Y medirlo en función de un período de tiempo determinado, que además será más representativo, cuanto más histórico podamos analizar.

Olea Neutral hace un control del riesgo en la inversión estricto desde hace más de una década. Tratamos con la misma importancia la rentabilidad y el riesgo que asumimos para obtenerla. Por eso, nos obligamos a mantener una volatilidad entre el 5% y el 9%.

Sólo otorgando a la gestión del riesgo el protagonismo que merece, conseguiremos que nuestros partícipes se encuentren cómodos en su inversión.

Consulta los datos de rentabilidad y volatilidad de Olea Neutral en nuestro informe mensual.

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