La semana mantiene la tónica reciente, oscilaciones a la espera de acontecimientos relevantes que deben producirse antes de final de año. Comenzaremos primero con los resultados de la cartera.
Esta última semana han tocado leves correcciones en los principales mercados de renta variable, (-2,40%) en el Nasdaq, (-1,35%) S&P500 y (-0,7%) el Eurostoxx50. En renta fija gobiernos la tendencia ha sido más clara, y en el caso del mercado americano las rentabilidades del bono a 10 años alcanzan el 0,82% niveles máximos de tres meses. En la renta fija europea los repuntes de rentabilidad han sido menores y los mercados de crédito no han tenido variaciones significativas.
Seguimos moviéndonos al ritmo de noticias políticas y sanitarias, situación que impide que gane peso el análisis macro y micro como elemento clave para determinar la evolución de los mercados financieros.
Esta situación queda muy reflejada en los resultados que están teniendo las carteras que siguen la filosofía value (valor) de inversión. Analizando el comportamiento relativo de los índices americanos de crecimiento y valor, nos encontramos en el momento de máxima divergencia de los últimos cien años, durante los últimos diez años el índice compuesto por compañías de crecimiento en EE. UU. se ha revalorizado un (+300%), tres veces el comportamiento del índice de compañías de valor, y en el año se acentúa esta tendencia con resultados de +30% y -10%.
En nuestra experiencia solo hemos visto una situación análoga en el año 2000, se corrigió de una manera drástica y luego tuvo un comportamiento mucho menos divergente. Sin dejar de respetar la transformación que estamos viviendo, y valorando la capacidad de adaptación como elemento diferencial, entendemos que en un fondo patrimonialista de medio y largo plazo debemos ser algo contrarians en momentos como el actual.
En consecuencia vemos activos con valor intrínseco que iremos incorporando a la cartera una vez confirmada la recuperación económica y el control de la pandemia.
Recuerden, si las letras del tesoro ofrecen rentabilidades negativas: no hay retorno sin riesgo… y, como siempre “tengan cuidado ahí fuera”.