Los gestores que utilizan coberturas y modulan el riesgo en cartera pueden reducir la volatilidad.
Cuando se habla de fondos de inversión los focos suelen centrarse en los Fórmula 1, vehículos que invierten solo en Bolsa y que son capaces de alcanzar rentabilidades estratosféricas. Lo malo de este tipo de productos es que solo pueden circular por pistas bien asfaltadas. En cambio, los mercados financieros suelen estar enfangados en muchos periodos, y la mayoría de los inversores lleva bastante mal ver fuertes caídas en su patrimonio cuando llegan los extractos mensuales…
Es por eso que los gestores de fondos más flexibles, que son capaces de ir modulando el riesgo en cartera e ir adaptándose a distintos terrenos, tienen mucho prestigio.
En el endiablado contexto actual provocado por las subidas de tipos de los bancos centrales, han sido pocos los gestores especializados en bonos que han conseguido capear el cambio de política monetaria y lograr rendimientos para los partícipes de sus fondos.
En Olea Neutral se utilizan derivados, sobre todo para amortiguar los vaivenes del mercado. Su principal acierto es combinar el peso de la renta variable y de la renta fija de una forma muy ágil y dinámica. Si los gestores ven la situación muy complicada, pueden poner el fondo en modo defensivo. Y han llegado a tomar posiciones bajistas sobre la deuda, para sacar partido de la depreciación de los bonos. Ahora, con las Bolsas de EE.UU., Francia y Alemania cerca de sus máximos históricos, han apostado por la cautela y tienen un 39% de la cartera en bonos y un 20,6% en liquidez.
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