Existen fondos de inversión muy variados. Entre ellos hay diferencias más o menos evidentes, como sus objetivos de rentabilidad, el riesgo que asumen, su trayectoria o su asignación de activos. Pero hay algo que los hace prácticamente únicos: sus gestores. En este post te contamos cuáles son las cualidades del buen gestor de fondos.
Los mercados, como sabemos, son impredecibles. Por eso, lo que hay que hacer no es intentar controlarlos sino saber adaptarse a ellos. En ocasiones, se utilizan fenómenos naturales para referirse a los mercados financieros. Seguro que no es la primera vez que escuchas que un gestor es como un capitán de barco que debe capear las inclemencias del tiempo en mitad del mar. Y es que, cuanto mejores sean los gestores mejor se adaptarán al mercado. Cuanto más ducho el capitán, más garantías de llegar a buen puerto.
Cualidades del buen gestor
Un buen gestor tiene que aportar experiencia, haber vivido ciclos económicos completos, y haber sido parte implicada en las diferentes vicisitudes de mercado. Esto además de mejorar los resultados del fondo nos aportará la calma necesaria como clientes para poder aguantar mejor la inversión.
Pero además de la experiencia, la formación también es clave. Los gestores se han preparado para manejar de manera solvente las herramientas que el mercado pone a su disposición.
Otro factor relevante es el trabajo en equipo. Contrastar ideas siempre es un ejercicio que aporta valor, y cuatro ojos ven más que dos.
Por último, hablemos de una cualidad que se suele dar por descontada pero que es primordial: la independencia. No nos referimos a tener conflictos de interés, sino a la información que se maneja. Muchas veces, el gestor de un fondo bebe del informe de mercado que hace su propia entidad; o, en el mejor de los casos, de un número limitado de fuentes de información externa. Para el buen funcionamiento del fondo, es importante que la información que se maneje sea independiente, plural y contrastada.
En definitiva, las cualidades del buen gestor de fondos pasan por tener una amplia experiencia, una buena formación, por ser capaz de trabajar en equipo y ser independiente. Y aunque estos atributos no puedan garantizar per se buenos resultados, sí lo hacen más probable. Porque los mercados, como el mar, no tienen caminos trazados.